Hoy es:

Los chicos buenos



  Nunca se me pasó por la mente siquiera una vez. Ni en mis más retorcidas fantasías imaginé presenciar a una mujer común y silvestre, buena para el chiste y la broma, pero siempre con límites, comportarse conmigo y mis amigos como si filmara una película porno.

Protagonistas

Jimena, Toño, Luigi, Pablo, Flaco, Daniel, Pollo, Rulo, Shagui y Javier (yo)

 Lo que les voy a contar me pasó hace exactamente 33 años. Me llamo Javier. Gracias a mi padre es que desde los 12 años tengo el hábito de, al menos dos veces por mes, ir de campamento a la montaña. En ese espíritu conocí desde Putre hasta Futalefú, pero donde empecé fue en el Cajón del Maipo, en el sector denominado El Toyo.

 La mayor parte de las veces, subíamos en grupo. Nos autodenominábamos El escuadrón mete la pata y éramos Daniel, Pablo, Toño, el Flaco, Luigi, Shagui. el Pollo,  el Rulo y yo. En aquellos años todos estudiábamos y trabajábamos.

 Así, Pablo cursaba antropología, Toño medicina, Luigi pedagogía en música, Shagui en Educación física al igual que el Pollo, Rulo y yo informática, Daniel gastronomía y el flaco ingeniería civil. Éramos chicos buenos, educados, pero con calle, pues cada uno era hijo de una población de la gran capital. Gozábamos con las mismas ganas la lectura, el estudio, la juerga y el fútbol.

 Recuerdo que organizábamos el primer campamento de ese año. Corrían los últimos días de Noviembre y el tiempo estaba caluroso y despejado. Ese paseo resultaba especial, ya que irían mi novia de ese entonces, Susana, y su amiga, Jimena a quien ya todos conocíamos.

 En el paradero de las micros esperando a las chicas. Al llegar, solo Jimena traía mochila. Pues Susana, dado que su abuela se había accidentado en la casa no llegaría sino hasta la tarde del segundo día de campamento. El sol asomaba su cara detrás de la cordillera cuando nos despedíamos de mi novia desde arriba de la micro.

Yo: -varias cuadras después de salir.- oye Jime… estás segura de querer ir con nosotros al paseo… son casi 2 días y 2 noches sola con 9 hombres…
Jimena: y qué me harán??? Ustedes son buenos cabros… si vieran a los pasteles que yo conozco… ustedes son niños buenos… además la Su llega mañana en la tarde… estaré sola esta noche y mañana medio día... Oye Javi, qué se reparten???
Yo: sándwiches… ¿quieres?
Jimena: si…
Yo: espera… te mando uno… -me puse de pie. Al pasar al lado de Daniel, le dije,- Dani, la Jime quiere un sándwich… se lo llevas por fa… yo voy a conversar con Toño… -al llegar a su lado, me senté.- sabes lo que me dijo… me dijo que confiaba en nosotros porque somos niños buenos…
Toño: en serio dijo eso??? Vaya, que bueno… y Daniel trajo lo que le pedí…
Yo: te refieres al muérdago???
Toño: sí…
Yo: el no trajo, pero cuando te escuché antes de irnos de la casa de Daniel, tomé un poco de su antejardín… ¿para qué lo quieres?
Toño: es parte de mi arsenal de hierbas y medicamentos que siempre traigo conmigo… para qué preguntas eso si ya lo sabías…
Yo: es que sé que siempre traes, orégano, pero del natural; perejil y no cilantro, albahaca, pero no porotos ni tomates, Llantén, matico, maca y de otras que ni me acuerdo… pero nunca había escuchado del muérdago… qué diablos es???
Toño: es una enredadera muy buena para el sistema circulatorio y otras cosas…
Yo: ok… luego me explicas… voy donde Jime que está sola…
Toño: mejor tráela para acá… inclúyela…
Yo: tienes razón… voy y vuelo…

 Jimena aceptó sentarse entre nosotros en el fondo de la micro. Durante la hora y media más que duró el viaje, charlamos, reímos y bebimos, pasando un rato muy agradable. A los únicos que no conocía era a Rulo y Shagui.

Jimena: -una vez todos debajo de la micro, momentos antes de iniciar el trayecto a pie de casi 90 minutos para internarnos estero arriba.- es en serio eso de caminar por una hora y media por un sendero de 40 centímetros de ancho con el cerro a la izquierda y un precipicio de 20 metros a la derecha???
Yo: que acaso Susana no te lo dijo???
Jimena: pensé que bromeaba…
Yo: y cuál es el problema???
Jimena: mi mochila… está muy pesada…
Yo: Pablo, toma su mochila y dale la tuya al Rulo… Rulo, pásale tu mochila a Jimena… eso… y ahora qué tal, -le dije a Jimena.-
Jimena: esta sí… gracias…
Yo: nada de gracias… hoy cocinas tú…
Jimena: pero no sé cocinar…
Shagui: que lave la loza sucia…
Jimena: está bien… lo haré…
Yo: genial… Rulo, tú abres la marcha… Dani, tú la cierras… Jime, delante de mí... vamos…

 Cinco horas después de salir de la ciudad, cocinaba al calor de una fogata rodeado por todos. Las bromas de grueso calibre iban y venían a pesar de estar una mujer presente. Empero era ella quien más reía y celebraba las soeces chanzas que parecían no tener fin.

 Tras el almuerzo, fuimos al estero a reposar y pasar la calurosa tarde. Luego de unos minutos, Jimena se devolvió al campamento. Un rato después apareció con un amarillo, fluorescente y diminuto bikini que no dejó a nadie indiferente.

 Ella se paseó delante de nosotros como si nada, haciendo caso omiso de nuestra presencia. Jimena era una rubia de ojos verdes de 1.68 mt de altura con voluptuosas y femeninas curvas. Largo hasta medio culo y liso cabello, austero rostro, fino y estilizado cuello, estrechos los hombros, prominentes y firmes senos, breve la cintura, amplias las caderas. Dos perfectamente redondas y duras nalgas formaban un asombroso culo, sostenido por dos contoneadas y extensas piernas y dos bellos y finamente delicados pies. Sus medidas estimo eran 95-65-100.

 Sin ponernos de acuerdo, todos casi al unísono desviamos las miradas y nos dedicamos a lo nuestro. Es decir, bañarnos y lanzarnos en piqueros a la hermosa y profunda poza en medio del estero. Al rato la dejamos sola, pues nos fuimos a la explanada a jugar fútbol.

 La explanada era un terreno medianamente plano de unos 100 metros cuadrados. Estaba limitado por un denso bosque de arrayanes, espinos, Quillayes y cientos de matorrales espinosos por tres de sus lados y por el otro, una baja colina que daba a una plataforma de 5 metros desde la colina hasta un barranco de 10 metros que terminaba en el río y 10 desde la bajada al agua y un conjunto de tremendos peñascos que impedían el paso..

 En ese lugar desde la segunda vez que fuimos, acampamos, pues la colina nos protegía del viento y con el tiempo lo mejoramos. A cobijo de los peñascos ubicamos la cocina. Unos 5 metros de ella, en dos hileras una frente a la otra las carpas y entre las habitaciones y la cocina un fogón de 3 metros de diámetros. Profundo y con piedras confeccionado y de piedras para sentarse, rodeado.

 La tarde refrescó y pronto se hizo noche. Encendimos las lámparas y las fogatas para cocinar y compartir. Jimena miraba sentada a pocos metros del fuego absorta los movimientos del grupo. Unos partían y separaban la leña que hacía poco habíamos recolectado, otros cocinábamos, algunos, limpiaban y organizaban el lugar.

 Cuando todo quedó listo, todos menos Jimena, Rulo y yo, fueron en busca de más leña, pues la fiesta era hasta el último tronco.  Jimena aún estaba en el mismo lugar, hipnotizada por las danzantes llamas de la fogata. Un grito la sacó de sus cavilaciones. Se puso de pie y caminó hacia nosotros.

Jimena: qué fue eso???
Rulo: seguramente el Shagui después de ser golpeado por Pablo o Daniel o el Pollo… o por los tres al mismo tiempo…
Jimena: jajajaj… me hablas en serio, cierto?
Rulo: por supuesto… ya lo conocerás mejor… a veces resulta exasperante…
Yo: comparto… lo es…
Jimena: me cae bien…
Yo: a todos… lo queremos…
Jimena: por qué no están bebiendo???
Yo: quieres beber???
Jimena: o sea… no sé… pero no toman nada de alcohol???
Yo: por supuesto que sí… trajimos cada uno dos botellas de whisky y dos garrafas de vino pipeño de 5 litros cada una, pero solo comenzamos cuando terminamos con las labores…
Rulo: la experiencia nos enseñó que la juerga comienza cuando el trabajo termina. Además la juerga dura y es más provechosa por decirlo de algún modo cuando está organizada previamente... Si lo hacemos de otro modo, somos un desastre y se trabaja más para dejar todo limpio…
Jimena: ¿lo ven??? díganme que eso no es de chicos buenos, Javi…
Yo: somos organizados y conscientes… pero si tú quieres llamarnos buenos… por mí no hay problema…
Rulo: tampoco para mí…miren… ya vienen…
Toño: -cargado y llamándome desde lejos. En cuanto me acerqué y aliviané su carga, caminando lento conversamos.- sabes, amigo… te voy a contar algo porque sé que lo entenderás… y lo sé por la madre de tu padre que tuviste e inició… ya casi sin luz, me separé del grupo unos metros y debajo de unas zarzamoras, encontré estos tres hongos –dijo sacando de su morral tres callampas diferentes en tamaño, complexión y color aún con restos de amarilla tierra.-
Yo: y se comen???
Toño: escucha… el azul se cuece en agua y el caldo resultante es un potente afrodisiaco… Funciona mejor en mujeres, pero también lo hace en hombres… del amarillo solo nos sirve el tallo…
Yo: y el sombrero tan bonito por qué no??? Y el tallo…
Toño: -interrumpiendo- deja de interrumpirme y lo sabrás todo… todo lo que se haga con el sombrero es mortal... luego el tallo se deja secar y se muele…. El polvo es alucinógeno como el san Pedro o el peyote, solo que con este polvo todo el tiempo sabes que estás alucinando…
Yo: y el blanco…
Toño: -entregándomelo- toma… es para la olla… pero lo curioso de todo esto es la tremenda casi inexistente posibilidad que los tres convivan al mismo tiempo en un mismo espacio… a ver… dicho de otro modo, somos asombrosamente suertudos por presenciar a estas tres callampas, compartiendo el mismo suelo…
Yo: entiendo… y tú qué piensas…
Toño: Luigi me dijo que les digamos a todos y el que quiere… pues que pruebe…
Yo: estoy de acuerdo…pero prepáralos callado… lo anunciaré en el momento oportuno…
Toño: ok…

 Cocinamos los hongos y la comida en un grato ambiente. Jimena ya iba en el segundo simple de whisky y reía a carcajadas con cada uno de los chistes del Flaco y Dani. Mientras cominos, Toño y yo, de tanto en tanto, seguimos parándonos para revolver las cocciones. Abríamos la séptima botella cuando los caldos quedaron listos para su uso.

Yo: amigos y Jime…  les quiero contar que Toño tiene en su mano derecha un caldo que es afrodisíaco y en la izquierda uno que es alucinógeno…
Jimena: los afrodisíacos no existen…y me extraña que un estudiante de medicina diga lo contrario…
Toño: la diferencia que hay entre mis compañeros y yo es que yo no desdeño el conocimiento ancestral y ellos sí… y reto a cualquiera a probar de aquel creen no les afectará.
Jimena: -las mejillas y el pecho sonrojados, la mirada brillante.-  uy! Que miedo… le pones color… a ver… -dijo al tiempo que estiraba la mano para recibir una tapa de botella de whisky con un líquido baboso de color azul hasta la mitad.-
Yo: -justo antes de beberlo- Jime… espera… estás segura???
Jimena: si… y en el remoto caso que funcione… qué más pasará del hecho de calentarme sola??? En cuyo caso me voy a mi saco y hasta mañana…
Yo: oye sabelotodo… para empezar, si te hará efecto y, estoy seguro, perderás el control de tu cuerpo…
Jimena: no te creo… pero supón que eso pase… estoy segura que entre niños buenos como ustedes nada me pasará, pues ustedes no harán nada incorrecto…
Yo: el problema no seremos nosotros, Jime, sino tú… tú serás la que nos pedirás verga…
Jimena: jajajaja… pedirles verga a ustedes??? Tú me conoces, Javier… sabes que me gustan los chicos malos…
Yo: que quede claro que te lo advertí…
Jimena: ya no le pongas color… vas a ver que no va a pasar nada… -y de un trago se tomó todo el contenido-. Es amargo… y ahora qué… 
Toño: ahora a esperar… quien tiene whisky???

 Durante la charla entre Jimena y Toño, pasé la voz que nadie hiciera ni dijera nada antes de mi señal. Tampoco nadie podía tomar ninguna poción. Todos asintieron en la medida que les llegaba el mensaje. Seguimos conversando y bebiendo alrededor de la fogata. Las risas eran lo que abundaba.

Al principio, Jimena se burló abiertamente de Toño, quien solo se limitaba a sonreír con sorna, pero con el pasar de los minutos poco a poco los colores se le subieron a las mejillas, los ojos centelleaban con sus pupilas dilatadas y de tanto en tanto llevaba su mano a la entrepierna para luego, tras mirara para todos lados, retirarla con rapidez. Toño y yo, con interés, observábamos sus movimientos desde el otro lado de la fogata.

 De pronto comenzó a sonar una canción de Soda Stereo. Al segundo compás, Jimena ya bailaba sin desplazarse de su sitio. Con los ojos cerrados y los brazos levantados sobre su cabeza, contoneaba sus generosas curvas muy sensualmente. Todos la mirábamos absortos, mas ninguno movía un músculo. Sin ser bonita, Jimena era una atractiva, voluptuosa y risueña rubia y vaya que sabía moverse.

 Le siguió “Sin disfraz” de Virus. Jimena, sin abrir los ojos ni dejar de bailar, pidió le dieran más volumen. La templada y nublada noche nos permitió llevar poca ropa, pues no hacía frío. La amiga de mi novia esa noche usaba su bikini como ropa interior. Vestía además, corta chaqueta de jeans, blanca amplia y cómoda solera de algodón y unas patas de lycra negras que la abrigaban hasta los tobillos. Zapatillas deportivas remataban su look.

 Con la excusa de sentir calor, siempre moviéndose, se desprendió de la chaqueta. Al terminar el tema tomó asiento. Miró para todos lados y dio un pequeño salto para bajar su ajustada pantaleta. La dejó a medio muslo para quitarse del calzado. En rápidos ademanes se desprendió de la prenda y volvió a calzarse para de inmediato continuar danzando. En pocos segundos solo el bikini y encima la vaporosa solera cubrían sus voluptuosas curvas.

 Mostraba cada vez más, pero haciéndose la desentendida, como si fuera una cadena de accidentes que nos permitían ver, por fugaces momentos, partes su anatomía que normalmente están ocultas. Alternativamente los chicos miraban a Jimena y a mí, esperando algún tipo de señal.   

Yo: -alzando la voz sobre la música- Sácate el vestido de una buena vez!!! El vestido, el vestido…
Todos: -sumándose a la tercera repetición y aplaudiendo- el vestido, el vestido, el vestido, el vestido…

 Sin una palabra y con una torcida sonrisa sensualmente dejó caer su solera hasta el suelo, levantándola con su pie izquierdo para cogerla, alzarla sobre su cabeza y aventarla a su cautivo público. Los aplausos. exclamaciones de todos los calibres, silvidos y destemplados gritos no se hicieron esperar ni fueron en ningún caso, mezquinos a la hora de celebrarle la gracia.  Toño y yo observábamos más con curiosidad científica que con lascivia el cada vez más errático comportamiento de Jimena. Una vez más un mensaje pasó de boca en boca. Los piropos comenzaron a llover para nuestra diva.

 Se repitieron los adjetivos hermosa, ricura, bella, exquisita, primor y otros similares. Los escuchó provenientes de las bocas de todos los que allí estábamos apreciándola y disfrutando de su performance. Eran como combustible para ella, pues  continuó danzando a pesar que la música ya no sonaba y solo se escuchaba el compás de nuestras palmas.

Shagui: -tras asentirle con un breve gesto de la cabeza. El chocar de las palmas no cesaba- Jime!!! –lo miró fijamente- Jime… eres tan perfecta que no pareces de este mundo… te prometo que de aquí no sale… nos deleitarías aún más, bailando sin tu bikini… ¿lo harías?
Jimena: mmmm… escúchame bien Javier Talvo… por ningún motivo la Su puede enterarse... menos Gonzalo… si me lo prometes les bailo un rato más… sin nada…
Yo: si, pero solo si tú me prometes nunca contarle... No le miento y por esto no me gustaría quedar de mentiroso con ella, pues no lo soy…
Jimena: lo sé... por mí no se enterará... -dirigiéndose a todos.- ya chicos… pongan a Virus… me estimula mucho su música... y ahora particularmente más que nunca antes...
Rulo:-con lo que llamamos la súper manta bajo el brazo y mirando fijamente a Jimena.- ¿si estiro la super manta me darías el gusto de apreciar tus pies???
Jimena: con todo, sino ¿pa' qué? 

 Zapatillas con los calcetines dentro, quedaron a un costado segundos después de estirada la manta sobre el suelo de suave arenilla. Casi al mismo tiempo, la canción Destino circular de Virus se dejaba escuchar a todo el volumen que nuestra radio a pilas permitía. 

 Jimena contoneó desde el primer compás su excitado cuerpo, el que ya comenzaba a dar señales de mandarse solo. La canción avanzó y ella, siguiendo la melodía se contoneaba envuelta en lujuria y anhelo. Entonces, tras varios casi casi, con pasmosa lentitud se despojó de la parte de arriba. Sus impresionantes senos sacaron rabiosos aplausos.

 Todas las lámparas a gas iluminaban el escenario donde la voluptuosa rubia terminaba por quedar sin nada encima y descaradamente mostraba su culo y coño a su ávida audiencia. En el momento en el que comenzó a tocarse, la música siguió, mas sin presencia; los aplausos fueron cesando lentamente hasta desaparecer. El crepitar de la fogata y los gemidos de Jime sobre la manta masturbándose a dos dedos sin pudor alguno eran los únicos sonidos que se escuchaban.

Jimena: -tratando de calmar la respiración para hablar, pero sin sacarse los dedos de su coño.- Javi…
Yo: -acercándome- dime…
Jimena: Javi… estoy muy caliente… y como tengo confianza contigo quiero que seas tú quien me folle…
Yo: está, bien... pero al menos déjalos que miren...
Jime: está bien...

Entonces, sin preámbulos penetré su coño, ella estando en cuatro patas. Al poco, aullaba como perra en celo... Pocos minutos despues, Jimena estaba por acabar cuando saqué de una la verga para comenzar a jugar con ella entre sus sudados glúteos.

Yo: necesitas mucha verga, cabrita...y mira como están -cada uno con su verga en la mano, meneándosela- yo sé que las quieres todas…
Jimena: estás loco…
Yo: sabes que sí… al igual que tú…
Jimena: estaré loca, pero igual me da miedo, Javi…
Yo: tú, ¿miedo?
Jimena: es que son muchos…
Yo: no te preocupes… somos buenos chicos de modo que te trataremos a la altura de las circunstancias… no es lo que afirmas… que somos chicos buenos… pues es el momento de demostrártelo… -acercándome para susurrarle,- la Su nunca te ha contado nada??? ha mencionado algo… íntimo??? –Jimena asintió con un exagerado gesto de su cabeza. Sus dedos aún dentro de su coño. Inmóviles .- quieres lo mismo ahora??? –volvió a asentir- si lo hago, serás nuestra perra por un buen rato… ¿lo sabes, cierto? –una vez más asintió- sin embargo, puedo asegurarte que lo que pasa en el Toyo se queda en el Toyo… y que todos acá sabemos cómo llegamos a esto, por lo que es obvio que nadie se atrevería a juzgarte o tildarte de algo… recuerda… somos chicos buenos…
Jimena: tengo miedo que me hagan daño… que me maltraten…
Yo: te prometo que no haremos nada que tú no quieras… o dicho al revés, solo haremos lo que tú quieras y nos detendremos cuando tú realmente así lo desees. Sabes, Jime… eres realmente una sexy y bella mujer… qué quieres???
Jimena: -sentada, apoyando su peso en el brazo izquierdo, las piernas completamente abiertas. Los dedos inmóviles, aún dentro.- quiero hacerlo, deseo de verdad hacerlo, Javi, pero el miedo me paraliza…
Yo: -sacándome la camiseta y cubriéndole los ojos con ella- qué tal así… acostúmbrate a la oscuridad… y ahora??? –le dije al tiempo que le apretaba un seno-.
Jimena: mmmmm… -sacó sus dedos del coño, llevándolos a la boca y degustarlos. Luego me los  ofreció.- ¿estoy rica o no, Javi?
Yo: eres un bombón, Jime… un verdadero bombón… -la tocaba mientras le hablaba.- te sientes más tranquila??? –gimió- tomaré eso como un sí… ahora –le dije mientras la tomaba por la nuca y un seno, acostándola.- te acuestas y relajas… qué es lo que quieres, Jime?
Jimena: lo quiero todo…
Yo: ten cuidado con lo que pides… de verdad lo quieres todo???
Jimena: sí… lo quiero todo… mmmmmm… qué rico…

 Recostada mirando al cielo, los ojos velados, separadas las rodillas, gemía entregada al placer. Mientras mi mano izquierda apretaba sus senos, la derecha  descendió hasta su coño, el cual penetré de una sola vez con mis dedos corazón y anular solo para comenzar de inmediato un frenético sube y baja.

 Menos de un minuto después de su coño fluían abundantes cantidades de líquido vaginal, en medio de involuntarias convulsiones y ahogados quejidos. Un instante descansó, pues de inmediato reinicié el mismo sube y baja, esta vez no deteniéndome en cada eyaculación, sino hasta contar 5.

Todos mis amigos miraban expectantes alrededor de la manta lo que pasaba. Segundos más tarde de su última eyaculación, Toño y el Pollo se apropiaron cada uno de un seno mientras con los mismos dedos, comencé a estimular su excitado clítoris. Jimena gemía y quejaba abandonada al placer.

 Con el pasar de los minutos los chicos se fueron turnando para disfrutar de los jugosos senos de Jimena y yo aumentando la rapidez e intensidad en el cómo frotaba su clítoris a punto de explotar. El orgasmo repentinamente la invadió. A manotazos intentó alejarnos para no sentir roce en ninguna parte de su cuerpo, sin embargo, eficazmente la inmovilizamos para de una introducirle en el coño mis dedos y comenzar de nuevo con el brusco sube y baja.

 En un santiamén las quejas se convirtieron en quejidos y éstos en una continua exclamación, vocalizando la vocal “a”. Antes del minuto, Jimena volvía a eyacular con profusión. Fue cuando la dirigí hasta dejarla en cuatro patas con el asombroso culo frente a mí…

 Yo: -mirando a Toño e introduciendo mi verga en el coño de Jimena pausadamente.- trae un poco más de ese líquido azul, porfa amigo… -unté el índice diestro en el espeso fluido y sin detener el mete y saca por el coño, comencé a hurgar en su rosado culo.-
Jimena: -Shagui colgaba del seno derecho y frotaba con énfasis su clítoris mientras Luigi hacía lo propio con el otro al tiempo que Pablo besaba su cuello.- ahhhh… no… por favor…
Yo: -con la mitad del dedo dentro de su culo- pero linda… tú misma lo pediste todo… te dije que tuvieras cuidado con lo que pidas

 En ese momento Pablo le ofreció su gorda verga la que comenzó a chupar, lamer y succionar con ansiosa hambre. A partir de ahí y por el resto de la noche siempre tuvo una verga en la boca. Jimena, tenía sus tres orificios tapados , siendo follada a un pausado vaivén a dos vergas por coño y boca, mientras su culo era taladrado ya por dos dedos al mismo ritmo.

 La rubia amiga de mi novia se sumergía en un nuevo orgasmo al cabo de menos de 5 minutos. Justo en ese instante extraje dedos y verga y ubiqué esta última en la entrada de su dilatado ano. Lentamente metí el glande y luego de escasa resistencia y unas pocas embestidas tenía todo el miembro dentro de su rosado culo.

 Estuve en el mete y saca a velocidad media por casi 5 minutos, tras los cuales, aumenté la rapidez del bombeo hasta acabar en sus entrañas de forma exquisita. En cuanto me retiré, el Pollo apuntó con su miembro al culo y tras incrustársela hasta el fondo, continuó con la fiesta.

 Toño: -me alejé un par de metros para beber agua, siguiéndome.- ya estamos organizados Javo… cada 3 minutos o un orgasmo sale el que tiene su verga en la mano derecha y entra otro directo a que se la chupe… el que está en el seno izquierdo se ocupa del clítoris…
Yo: con Jimena no es necesario esperar dos vueltas para que se coma de a tres vergas… se hizo la cartucha, pero te aseguro que su culo virgen no era… así que dale no más…
Toño: pero y si no se deja por no ser tú… o qué se yo…
Yo: mírala, Toño… está abandonada a la lujuria… ella sabe que acabé en sus tripas y sabe que cuando mi verga salió, la que entró era la de otra persona y ni se inmutó… que cabalgue la de Pablo con el coño, mirándolo de modo que el Pollo siga su faena por el culo… y así…
Toño: dale… voy…

 Y tal como le vaticiné pasaría, pasó. No hubo que arengarla para que montara con su coño la verga de Pablo. Éste en cuanto la tuvo toda dentro, la tomó por los hombros, acercándola para chuparle sus deliciosos  senos. En ese movimiento el velo se cayó, mas todo continuó como si nada.

 Tras quedar con el culo respingado y las nalgas separadas por las manos de Pablo, el Pollo la penetró con gentileza hasta llegar al tope. Unos segundos después, la follaban tres vergas al unísono coordinada y salvajemente.

 Rara vez alcanzaban a cumplirse siquiera el par de minutos, pues Jimena alcanzaba intensos orgasmos una y otra vez y cada vez más seguido uno del otro. Debido al constante cambio y al número de comensales es que siempre estuvo con sus tres agujeros llenos de verga hasta poco antes del amanecer.

 Exhausta, semi inconsciente y desnuda metimos a Jimena dentro de su saco y acomodamos en su carpa. Ordenamos todo y nos fuimos a dormir. Desperté cerca de las 2 de la tarde. Todos dormían. Me acerqué a ver a Jimena. Dormía profundamente. Preparé el desayuno. Huevos revueltos  y café. Desde la cocina hice el llamado general. La primera en llegar fue Jimena. Vestía solo con la solera y chalas.

Jimena: tengo hambre…
Yo: toma asiento Jime, te llevo… te ves linda esta mañana...
Jimena: -le puse sobre sus piernas una bandeja con una marraqueta atiborrada de huevos revueltos sobre un plato y un tazón con humeante y aromático café.- gracias, Javi… lo de anoche…
Yo: no es necesario…
Jimena: quiero decirte algo ahora que estamos solos…-las mujeres y sus rollos, pensé.- nunca en mi vida había gozado tanto como anoche… me arden el coño y mi culo, pero estuvo maravilloso… oye y cuanto dura el efecto de esos hongos…
Yo: por qué me lo preguntas???
Jimena: porque de solo recordar se me moja la conchita…
Yo: depende de la dosis y otros factores personales, pero lo que te tomaste tú debió durarte unas 3 a lo más 4 horas…
Jimena: o sea que…
Yo: continuaste follando solo debido a tu propia calentura por… cuanto??? 6 horas???
Jimena: no me estás mintiendo, cierto???
Yo: sabes que trato de no hacerlo…
Jimena: no le digas a nadie, pero hoy en la noche quiero la misma dosis… pero sé que para conseguirlo tendré que compartir las vergas con la Su… Entonces… tú le das del jugo mágico en su bebida y listo…
Yo: no… tú tuviste la opción de elegir… ella debe tenerla también… si de verdad quieres ayudar… hazlo con el ejemplo…
Jimena: no te molesta compartir a tu mujer…
Yo: si eso la hace feliz… no seré yo quien me interponga… al contrario…
Jimena: -poniéndose en cuatro, moviendo su cola- una cortita antes que todos despierten…

 Bajamos al estero y, en la orilla y en el agua, follamos como animales por poco más de media hora. Por primera vez, en esos instantes, verdaderamente disfruté de todo lo hembra que era Jimena. Sus asombrosos senos, coronados en sendos e igualmente asombrosos pezones, rodeados por breves aureolas no dejaban de llevarse toda mi atención. 

 En la orilla, felina y graciosamente se despojó de lo único que traía puesto, la misma solera del día anterior. Su lasciva desnudez fue demasiado para mí.Entonces, me senté en mi polera con el fin de sacarme el traje de baño en unos cuantos ágiles movimientos 

Una vez desnudo, Jimena no me dio tiempo ni chance para pararme, pues desnuda y excitada se subió sobre mí para de inmediato comenzó a cabalgar con mi miembro dentro suyo a un ritmo febril. Estuvimos así por unos minutos para luego, en andas, llevarla al agua donde continuamos follando como animales en celo. De ese modo, la tuve por primera vez, solo para mí y, estoy seguro, fue glorioso para ambos, porque les adelanto no fue la última,

 Después de follarnos con excesivas ganas y tras secarnos, nos devolvimos al campamento donde la mayoría ya estaba en pie, desayunando. Al ver a Jimena, todos la saludaron alegremente, tratándola con toda naturalidad como si lo de hace unas horas no hubiese ocurrido o como si fuese de lo más normal, algo cotidiano.  

 Mientras comían, Jimena los reunió a todos para explicarles lo que habíamos previamente acordado se haría con el fin de incluir a Susana al bacanal que pretendíamos montar esa noche. Estas cosas nunca pasan, pero cuando suceden, hay que aprovecharlas. Y si ustedes así lo piden, en otro relato, les contaré si acaso lo conseguimos o no. Hasta entonces…